Víctima de una pesadilla
Sus ojos negros se posaron en el cuerpo
de la joven muchacha. Sus piernas temblaban y su respiración era cada vez más
rápida. El cuchillo que poseía aquella mujer acariciaba lentamente sus labios.
El acero de esa afilada arma brillaba con tan solo la luz de una pequeña lámpara,
la cual, iluminaba aquella estancia fría y oscura en la que la había encerrado
aquella extraña fémina.
La joven era observada por la
mujer, cuyos ojos parecían los del mismísimo diablo. Nadie con sentido común
osaría mirarla, pues tan solo con su mirada te llevaría a la mismísima muerte. Su
vestido rojo ceñía su viejo cuerpo y su rostro, con unas pocas, pero marcadas
arrugas, inspiraba el terror más profundo, de quien tiene la sangre fría de
asesinar a unos indefensos niños.
La joven, atada de pies y manos
estaba en esa silla, indefensa, muerta de miedo ante la mirada de aquella
mujer, que con toda probabilidad acabaría con la vida de aquella niña de no más
de 16 años.
El cuchillo rozó el cuello de la
niña. La mujer paseaba una y otra vez alrededor de la silla, mirando,
observando el cuerpo y el rostro de la joven, con una sonrisa diabólica. Y finalmente,
pasó, después de una hora de tortura y de espera a una muerte que ya estaba
predestinada. La sangre empezó a derramarse por el cuerpo, ya inerte de la
joven, cayendo varias gotas en el suelo, que tiñeron de un rojo tremendamente
oscuro el claro ocre de la madera.
Los gritos de la joven, empapada
en sudor, atormentaron la casa, mas sus ojos se fueron abriendo a la luz del
día. De estos, se escaparon lágrimas, que ya había derramado, en la que había
sido la peor pesadilla que recordaba. Desconcertada, fue elevando su cuerpo,
pero sus gritos no cesaban, su histeria no paraba y aun, aumentó cuando su
madre, con un camisón rojo, entró en la habitación. La joven se asustó tanto
que su inconsciente hizo que su cuerpo reaccionara. Sin que su
madre pudiera hacerla entrar en razón ni agarrarla, la muchacha, rompió el
cristal de la ventana con su delicado cuerpo convulsionado. Ahora, el cuerpo
destrozado de la muchacha yace en la calle, contemplado, desde un tercer piso,
por una mujer, ya muerta en vida.
Me ha resultado terrorífico. Un relato quete lleva a un ritmo frenético. Muy bien descrito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias Marías ^^ me alegro que te haya gustado este microrrelato.
Eliminar¡Un abrazo!
Joder....impactante! Genial Fran Lorenzo! Saludos!
ResponderEliminarGracias por el comentario Hada ^^. Me alehro de que te haya gustado . Un abrazo :)
Eliminar¡Hola Fran!
ResponderEliminarMenuda historia. De ponerte los pelos de punta con ese terrible final. Espeluznante ;)
¡Un gran trabajo! Sigue así :) ¡Abrazo!
Hola Carmen!
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Me gusta estas historias que ponen los pelos de punta.
¡Abrazos!
Una pesadilla terrorífica, bien logrado el terror. Te felicito.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas gracias Mila ^^
Eliminar¡Abrazos!
Dios mio! Menuda pesadilla...ha sido terrorifico e impactante...Que manera de describir la situación y la escena. Uff ha estado muy logrado sobre todo el final, para nada esperado. Se me han puesto los pelos de punta. Eres un digno escritor del genero de terror. Increible. Felicidades
ResponderEliminar¡Muchas gracias por el comentario! Disculpa la tardanza en contestar, pero he estado ocupado con trabajos. Disfruta del fin de semana ;)
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