Preguntas desde el más allá
Una calle solitaria, una calle triste, una calle que parecía
alargarse eternamente, por la que vagaba solo una persona, aquella que ya sabía
que su destino estaba sellado. Aquella calle por donde había caminado ya horas,
quizá días, quizá semanas, viajaba sin un rumbo fijo, pues no tenía destino al
que llegar.
Un camino que emprendió sin rumbo, un camino por el que dejó
a todos y a todas, en el que buscaba una respuesta a todas sus preguntas, quizá
por eso sea un camino sin destino. Sus preguntas eran demasiado generales,
demasiado existencialistas como dirían los románticos del siglo XVIII, quizá un
romántico de los que ahora ya no quedan en este mundo.
Una de sus preguntas que me planteó era-¿por qué hay tanta
estupidez en el mundo?-él se contestó en el primer trayecto de su camino
dibujado en su mente, “la sociedad humana a lo largo de su historia no ha
aprendido nada, seguimos siendo tan egoístas como aquellos primitivos que se
mataban por conseguir el mejor recurso, seguimos matando por conseguir algo tan
miserable como un maldito papel, al que, algunos, le han querido dar un valor,
que en realidad no lo tiene, seguimos maltratando estúpidamente a las mujeres,
a los niños, a los homosexuales…a todos los que nos dan miedo por ser diferentes
al prototipo del ser humano.”
Otra de sus cuestiones que rondaban por su cabeza era-¿por
qué todo se repite?-avanzaba en su trayecto, un trayecto que se dibujaba en su
cabeza, como si tal trayecto fuera real. Esta pregunta para él tendría la misma
respuesta que la anterior, “la humanidad no ha aprendido nada”. Dos guerras
mundiales en la Edad Contemporánea, guerras en nuestra cuna de la civilización,
Grecia, ahora devastada por la crisis, ahora como hace sesenta años, crisis y
miseria en los países, que dicen, más desarrollados. Todo se repite por una
sencilla razón, ignorancia del ser humano, ignorancia al ver que comete los
mismos estúpidos fallos una y otra vez, sin que tan siquiera su ego y su
idolatría consigan verlos, o peor verlos
y no corregirlos.
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